El evento ha terminado. El público se marcha. Pero tu trabajo, el del profesional, no. Ahora empieza una de las fases más críticas, la que de verdad te distingue de un simple aficionado: el protocolo de cierre.

El caos del desmontaje es el enemigo. Recoger a lo loco para irse antes es de amateurs. Un profesional ejecuta un sistema que garantiza la seguridad, la eficiencia y la confianza del cliente.

Este protocolo no es una sugerencia. Son los 3 pasos no negociables que construyen tu reputación y aseguran que te vuelvan a llamar. Imprímelo. Memorízalo. Ejecútalo.